Saturday, August 4, 2012

Noche de mal tiempo y Peras al vino tinto

Estoy en el Observatorio Las Campanas, que se encuentra justo en el borde entre la III y la IV regiones, aunque según lo que pude ver en Google maps, está en la III región. Este run de observación era de 14 noches, pero yo vine por 9 solamente, porque el resto de las noches las cubrieron otros miembros del equipo con el que trabajo. Después de una semana observando uno lo único que quiere es bajar, dormir de noche, vivir de día y ver civilización (léase carretear). Este fenómeno es conocido por los astrónomos como mountain fever. Se acentúa más durante en invierno, en que las noches son de 12 horas, más el par de horas que hay que estar tomando las calibraciones en la tarde... ufffff! Al final, yo termino acostándome a las 7.30 AM, levantándome a las 4.30 de la tarde, dejar corriendo los flats, cenar a las 5.30 PM, volver al telescopio a las 6.30 PM y de ahí observar hasta las 7.30 AM... no hay respiro! Durante un run tan largo lo único que me mantiene con energía es la comida gourmet que los cocineros se esmeran en prepararnos. Si hasta una vez hicieron ravioles con tinta de calamar! Y a mi siempre me empacan un postrecito para la noche :)


Nos cierran el telescopio cuando la windspeed es 35 mph...  está como para ir a gritarle garabatos a la Pacha Mama allá afuera.

Para más remate, en invierno el clima generalmente no es bueno, por lo que tenemos que observar a través de nubes (menos mal que no hago fotometría, donde se necesitan cielos inmaculados, o me pego un tiro) o con viento, y en la mitad del tiempo el operador de telescopio no nos deja ni abrir la cúpula porque la velocidad del viento sube mucho, o aumenta la humedad y la temperatura baja produciendo una capa de hielo en la cúpula del telescopio, o simplemente se pone a nevar. De cualquiera de estos escenarios, el que prefiero es la nieve, porque así no me tengo que quedar esperando a que mejoren las condiciones climáticas sentada en la control room revisando el diario o babeando con blogs de comida que no puedo cocinar o comer, y porque el paisaje del día después es tan maravilloso que a uno se le olvida que no tomó datos, y más bonito es cuando hay luna y la nieve refleja su brillo en la noche. Además es una buena instancia para relajarse y reunirse a conversar con el resto de los astrónomos frustrados en el comedor del hotel.

En fin, ahora me tienen el telescopio cerrado por viento que decidió estabilizarse justo en el valor límite en que no podemos abrir, la humedad se puso a subir, hay nubes y lo único que nos falta es que se ponga a nevar... Así que mejor aprovecho el tiempo contándoles de esta receta que hice el otro día que nos visitaron mis suegros, antes de que yo partiera al observatorio. Como llegaron en la tarde/noche y teníamos a dos vegetarianos entre los comensales, echamos a la pelea la olla de fondue que impulsivamente nos compramos hace poco, e hicimos una fondue de queso.  Decidí hacer un postre mas "light" para contrarrestar un poco el efecto de las cantidades industriales de queso y pan que se come en los fondues y para seguir en la onda "comida cocinada con vino".



Más que hambre, estas peras me dan sé! ay hombre!



Este postre lo hice el día antes de servirlo, y seguí más o menos esta receta, salvo por el mascarpone, que decidí omitir por razones obvias, y el anís estrellado que no tenía (y además no me gusta). Al fondue no le pude sacar fotos (por eso que no posteo la receta ahora :( ) porque siempre lo comemos de noche y las fotos salen feas. Pero bueno, acá van las peras:


Peras al vino tinto
adaptada de taste.com.au

6 Peras medianas Packhams no tan maduras, con palito
1 botella de vino tinto (yo usé merlot, aunque la receta dice seco)
1/3 taza de agua (opcional, para terminar de cubrir las peras y que queden sumergidas, depende del porte de las peras)
1 vaina de vainilla
2 palos de canela
2/3 taza de azúcar
un poco de crema para decorar al momento de servir (pero unas pintitas no más)
1 estrella de anís (opcional)

Se pone a calentar el vino con el azúcar y las especias en una olla donde quepan las peras bien juntitas. Por mientras, se pelan las peras, dejándoles el palito. No es necesario descorazonarlas. Cuando el azúcar esté disuelto, se ponen las peras paraditas en la olla y se cuecen por 1 hora mas o menos, a fuego bajo, hasta que estén blandas (pero no al punto que se hagan puré). Si la salsa está muy líquida, se sacan las peras y se dejan en una fuente y dejamos hirviendo la salsa de vino unos minutos más (10 o 15) a fuego medio (si quieren se puede echar más azúcar si les gusta el almíbar mas dulce) hasta que se espese un poco. Se vierte este almíbar sobre las peras y se deja enfriar (o quizás no? sería como unas peras en navegado, jaja, uuuhhh y con helado de vainilla al lado derritiéndose...mmm!).


**Update: Dije que no me gustaba el anís, pero probamos la receta CON anís con mi mamá y queda AWESOME! lo recomiendo, es una ráfaga de glüwein (para los que han ido a Alemania en Navidad) en la cocina. El sabor del anís no me molestó para nada. Como decía la Lucy, "no hay que escupir al cielo". 

Después de estas peritas, nos fuimos directo al sobre.


Creo que fue una buena opción post-fondue. Quedamos con el ombligo parao'.

3 comments:

  1. Wow, me he quedado alucinada con tu trabajo, a pesar de ser tedioso debe ser fascinante!
    Las peritas riquísimas!

    ReplyDelete
  2. mmmm se ven deliciosas, mañana podrías repetir la receta :)

    ReplyDelete
  3. Debo decir que lo único que he usado de este blog hasta este momento han sido los gráficos del tiempo para escribir unos similares para ALMA :)

    ReplyDelete

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...