Recuerdos de la infancia

Fancy queque

Este mes se celebró el día del niño en Chile. En mi casa no celebraban el día del niño porque mis papás decían que era un día más inventado por los comerciantes para vender shit. La verdad es que ahora de grande pienso lo mismo, pero uno no podía evitar sentirse como la oveja negra en el colegio (sobre todo cuando estábamos en el colegio lleno de arribistas), al(a) únic@ weón(a) a la que no le regalaron ná y no llegaba con la Barbie/autito nueva(o) el día Lunes. No importa padres, encuentro que hicieron bien en no seguir al rebaño del consumismo y criarnos libre-pensantes, y honestamente, siempre trataron de satisfacer al máximo nuestras necesidades materiales y espirituales. Al final nadie quedó traumado en el proceso.  

Bueno, en todo caso, a lo que iba no era a esta rant casi comunista y/o de rencores contra mis padres, sino que el punto era que fue el día del niño y por lo tanto el desafío de este mes del Blog de recetas chilenas era hacer recetas que le gustaran a los niños. Me pareció un buen challenge, porque, let's face it, a los cabros no les gusta ná. O sea, me acuerdo cuando mi papá una vez se las trató de dar de chef y nos hizo huevos revueltos con callampas secas y casi se las tiramos por la cabeza. Y que a mi ni siquiera me nombraran la palabra cazuela, era esos días en que no me hubiese importado no almorzar.

Hmm, ya me dieron ganas de ir a la playa, volver, y que estén esperando con una leche con plátano!

A pesar de la mañosería, hay muchas cosas que me acuerdo que nos daban cuando chicos y que amábamos, y conversando hoy en la mañana con el Matias, coincidimos en un par de ellas. Según él, el recuerdo que tiene de lo más típico chileno que comía cuando chico, cuando vivían en Alemania, era la leche con plátano y la sandía con harina tostada, ambas hechas por mi suegro. En mi casa la leche con plátano la hacía mi papá también, así que al parecer es el brevaje especialidad de los papás chilenos... típico de un día de calorsh, para tomar a la once en vez de la leche caliente con Milo. Mi papá nunca nos hizo sandía con harina tostada eso sí, pero me acuerdo que nos hacía una melcocha de leche condensada y Cola-cao... me imagino después con 3 monos corriendo por la casa luego de esa bomba de azúcar, pero por eso lo hacía en ocasiones muy especiales (y es awesome!). Para las mamás que reclaman que ellas son las brujas... el secreto para caerle bien a los hijos está en la leche condensada con Cola-cao.

Las mamás por otro lado, también tienen su as bajo la manga. El de mi mamá era su queque... el típico queque de mamá que uno se aprende de memoria y lo puede adornar de mil maneras distintas con frutas, escencias, chocolate, nueces, etc., haciendo más fancy una oncecita. Mi mamá cuando se quería poner realmente pituca con el queque, hacía un queque al revés, esto es, un queque que en la base lleva una cubierta de fruta y caramelo. Al desmoldarlo, queda toda esa capa pegajosa al a vista, y uno sirve el queque literalmente al revés, para que se vea. Brilliant! Cuando chica yo me podía comer medio queque sola. 

Mi papá decía que mi mamá tenía el mejor queque

Los dejo entonces con una once perfecta para niños (o sólo niñas golosas como yo): queque al revés y leche con plátano. Nosotros la tomamos de desayuno, pero bueno, cuando chica siempre tuve la idea de que la once era como el desayuno Nº2 del día, por qué no viceversa. Espero algún día poder regalonear a mis futuros hijos con estas "delicatessen".

Leche con plátano

del guatón Arriagada

para 2 vasos generosos

1 taza de leche (250 ml) fría del refri

1 plátano de 170 gr aprox

Pelar el plátano y cortarlo en trozos medianos. Ponerlo en el vaso de una licuadora y añadir la leche. Procesar a velocidad alta hasta que esté todo homogéneo y la bebida se vea espumante. Dividir entre 2 vasos largos. Disfrutar.

Acá va una receta fácil para los que siempre reclaman que lo que posteo es imposible!

Queque al revés

de mi mamá

para 1 queque redondo de unos 25 cm de diámetro (yo usé esta vez uno bien chico y me quedó muy alto, mejor que quede extendido) o un queque inglés.

1/2 taza de azúcar

Fruta ojalá no muy madura y con buena textura (unas manzanas, peras, o unos duraznos, depende de la estación), cortadas en gajos.

2 tazas de harina

1 taza de azúcar

2 cdtas. de polvos de hornear

150 gr de mantequilla con sal cortada en cubitos

5 huevos grandes o 4 XL

1 cdta. de escencia de vainilla

Partimos preparando el molde, ojalá no sea desmontable porque si no el caramelo se sale y queda la pura escoba después en el horno. Enmantequillar bien los lados y reservar. Preparar un caramelo con la 1/2 taza de azúcar: poner el azúcar en una capa distribuida uniformemente sartén a fuego medio-alto hasta que se empiece a derretir. Revolver con cuchara de palo hasta que todo el azúcar esté derretido y de color tostado, pero no mucho porque se empieza a poner amargo y ahí queda todo incomible. Retirar inmediatamente del fuego y cubrir la base del molde con este caramelo. Distribuir la fruta encima del caramelo de manera artística y reservar.

Precalentar el horno a 180ºC, o 350ºF. En un bowl grande, mezclar los ingredientes secos, revolviendo con un batidor de globo. Agregar la mantequilla e incorporar con los dedos hasta que quede todo con aspecto de arena. Agregamos la vainilla y los huevos todos de una, y revolvemos con una cuchara de palo, hasta que todo quede incorporado, sin revolver de más.

Verter la mezcla en el molde preparado y llevar al horno por una hora aprox, o hasta que un palito inserto en el centro del queque salga limpio (empezar a chequear a los 40 minutos).

Mejor que leche condensada Con cola-cao... hm quizás no es pa tanto