Sunday, July 6, 2014

Bonjour... hi!

Me fue re bien con la venta de cupcakes


Por fin tengo un tiempito para publicar algo! Hemos tenido un par de semanas shuper locas con el esposo porque ambos estuvimos en conferencias, y luego nos fuimos de vacaciones unos días. Anduvimos paseando por una ciudad que nos dio mucha nostalgia : Montréal. 

El puente y detrás el Six flags


Nostalgia porque es una mezcla de muchas ciudades que ya habíamos visitado. Tiene un parque como el San Cristóbal de Santiago, algunos barrios que nos recordaron a Buenos Aires, boulangeries como en Paris, homeless y hippies como en San Francisco, cervezas y hipsters como en Portland o NY, una costanera como la de Frankfurt, etc. La gente habla en francés, así que puede aprovechar de practicar su francés, pero se cambian al inglés como si nada si es que te cachan aproblemado, y son todos muy amables, no como en Paris que casi te mean cuando les tratas de hablar en francés atarzanado. Es una ciudad entretenida, hay mil cosas que hacer y uno tiene que ir a perderse por sus barrios. No nos pareció tan grande (la zona del centro por lo menos, es como Santiago centro yo creo), es fácil caminarla pero también le tiene buen transporte público. Ah y si tiene suerte, pueden ir a ver el Cirque du Soleil en su ciudad natal.

El escenario de Blues

Aprovechamos que la conferencia del Mat era ahí mesmo y que terminaba justo cuando comenzaba el Festival de Jazz, uno de los más grandes e importantes del mundo. Tanto que la ciudad tuvo que construir un centro de Artes donde pudieran hacer el evento, porque en verdad que llega mucha gente. Igual tienen que cerrar algunas calles donde ponen escenarios y donde hay música gratis todo el día. Nosotros fuimos a ver a varios grupos tocando a los escenarios al aire libre, donde venden comida y copete también por si le da hambre y/o sé. Al medio de todo tiene el medio teatro donde tocan los artistas más consagrados. Ahí fuimos una noche a ver a Elvis Costello. El viejujo tocó solo  durante 1 hora y media, sin nada más que 7 guitarras que iba rotando, y estuvo la raja. Su esposa tocó en uno de los escenarios afuera en la noche y dejó la pura escoba, no había espacio ni pa levantar los brazos con toda la gente que llegó a verla.

Esta ciudad es como Valpo, como para perderse caminando


En cuanto al comistrajo, si bien la comida no es mala, no encontramos buenas picadas. Es bastante carozzi la ciudad les diré. Sí encontramos buenos restaurantes más high-end, y algunos lugares para ir a brunchear. De estos probamos 2 que nos gustaron harto. Uno que se llama Fabergé y que queda en uno de los barrios más hipsters, tipo calle Italia en Providencia, que se llama Mont Royal (si no me equivoco), donde sirven brunches tipo gringos con huevos pochados, sandwiches, waffles y crepes, todo envuelto en bacon en lo posible. Nosotros que nos estábamos quedando cerca de la iglesia de Notre Dame, estábamos como a 20 minutos en bus, así que ese día partimos en ayunas, nos fuimos a comer unos huevitos a Fabergé, y luego caminamos todo el día por todo ese barrio en dirección al centro. Llegamos no sé como a probar unas chelas estilo alemán a un local que se llama L'amère à boire en el Quartier Latin, y luego nos fuimos a probar más chelas, ahora de otros estilos, a otro local un par de cuadras más allá que se llamaba Le Saint Bock. Ambos parecen unos sucuchos por fuera, pero por dentro son gigantes. El mange en las cervecerías no es lo mejor del mundo, pero salvaron para acompañar los bebestibles.

El brunch cerdo de Fabergé

El otro local que nos gustó caleta para brunchear se llama Olive+gourmando en el viejo Montreal. Acá servían más como desayunos y almuerzos tipo francés, así que uno se podía armar un brunch eligiendo de ambas cartas. Especial mención de la granola con fruta, que estaba buenísima.

El desayuno mas ye yico de Olive+Gourmando


Y ahora me tienen por acá. Antes de ayer celebramos la independencia de 'merica donde un amigo (pa variar sólo había un gringo en la fiesta), y yo llevé unos cupcakes de berries que quedaron de miedo. Hasta le tuve que regalar uno a la recepcionista del edificio de mi amigo que no se aguantó y me dijo "los dejo pasar si me regalan un cupcake", así como medio en broma. 

No se vaya de Montréal sin probar las chelas canadienses!


Son una variación de los cupcakes de vainilla, pero le agregué más cosas después que vi esta receta de Cupcake Jemma hace un par de semanas atrás y me obsesioné en cómo se veían, y la mermelada esa mezclada con la masa. Mi guata me decía "los quiero AHORA!".

Cupcakes para celebrar el colonialismo, yeah 'murica!

Cupcakes de berries

para 12 cupcakes

Para los quequitos:
1 1/4 tazas de harina cernida
1 1/4 cdta. de polvos de hornear
1/4 cdta. de sal
4 cdas. (55 gr) de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
3/4 taza + 2 cdas. de azúcar granulada
1 huevo grande a temperatura ambiente
1 1/2 cdta. de extracto de vainilla
1/2 taza + 2 cdas. de leche a temperatura ambiente

Para la crema
120 gr de queso crema a temperatura ambiente
75 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
420 gr de azúcar flor cernida

Para la compota de frutas
300 gr de frutas, picadas sin son más grandes como frutilas(yo la dividí en 2 tipos de frutas para emular los colores de la bandera gringa)
1/2 taza de azúcar granulada


Primero hacer la compota: mezclar la fruta con el azúcar y llevar a hervir por unos 20 minutos, hasta que se vea media espesa (pero no a palo parao', ahí se pasaron...). Enfriar y reservar.

Precalentar el horno a 350ºF o 180ºC. Forrar moldecitos de cupcake con papelitos para cupcakes.

En un bowl mediano, cernir la harina, los polvos. Mezclar con un batidor de globo y reservar.

En un bowl grande batir a velocidad alta la mantequilla y azúcar, unos 5 minutos, hasta que se vea esponjosa. De repente ir parando y reincorporar lo que se pega en las paredes del bowl, para que todo quede bien batido, hay que darle como caja no más. Agregar el huevo, y mezclar a velocidad baja sólo hasta que esté incorporado.

En un jarro, mezclar la leche con la vainilla y la sal.

Agregar la mitad de la harina a la mezcla de mantequilla y revolver a velocidad baja. Mientras se mezcla la harina, agregar la mitad de la leche. Repetir con el resto de harina y leche. No revolver de más o quedaran gomosos y chiclosos.

Llenar los moldes de cupcakes hasta 2/3 de su capacidad. Agregar una cucharadita de compota al medio de cada cupcake, y marmolear con un mondadientes o brocheta. Reservar un poco de compota para decorar después. Llevar al horno por 18 a 23 minutos, dependiendo del horno. Empezar a chequearlos a los 18 y luego de a 2 minutos. No se deben recocer porque quedan como escupo de momia. Están listos cuando un palito inserto en el centro sale seco, o sólo con mermelada, sin masa.

Sacarlos de los moldes y dejarlos enfriar en una rejilla antes de decorar.

Para la crema se bate la mantequilla con el queso crema a velocidad media-alta hasta que todo se vea incorporado y pálido. Agregar el azúcar flor, y revolver primero a velocidad baja y luego a toda rayuela no más, por unos 3 minutos hasta que se vea esponjoso. 

Decorar los cupcakes con la crema y la compota que quedó.

Más fotos por acá.

2 comments:

  1. Es mucho para mi, tengo que probarlos hechos por tu mano.
    Interesante tu comparación de la ciudad y de los restaurantes, al final, las ciudades nuevas que uno conoce siempre nos traen remembranzas, de otras . Suerte la tuya haber estado para ver el festival de Jazz....

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  2. Qué buen paseo y con calorcito! Me imagino que ya sacaron los chalecos y botas del closet y en pleno invierno productivo poco tiempo tienes para postear en el blog. Saludos a las estrellas! Besitos

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