Monday, September 2, 2013

I left my heart in San Francisco... and Portland and Seattle


Detox-lunch

El Sábado volvimos con el Mat de nuestras muy merecidas vacaciones al Pacific Northwest. Fueron vacaciones de muchos excesos, así que decidimos que había que chantar la moto un poco y hacer un poco de desintoxicación. En todo caso,  ¿quien no volvería con esos kgs. de más y el hígado en escabeche, luego de tener que probar todas las delicias que ofrecen en el Oeste de USA? En verdad ese lado de este país tiene tantas cosas para mirar, oler, probar, tocar, etc. que estas dos semanas se nos hicieron la nada misma.

Cable car, Chinatown y Alcatraz visto desde abajo de la parte famosa de Lombard st.

Partimos por San Francisco. Al bajarnos del avión ya sentimos la diferencia que hay entre el oeste y la rigurosidad del este, nadie en terno y cada uno en su onda, mil razas mezcladas con mil culturas distintas, y todo el mundo feliz y sonriente, a diferencia de una ciudad que empieza con N (y termina en ew York). Recorrimos la ciudad a pata, ahora que es segunda vez que andábamos juntos con el Mat por allá, se nos hizo más fácil decidir que lugares visitar, y para donde ir a caminar sin perdernos. Personalmente, a mi me gusta ir a ver las casas de los cerros, súper tranquilein, de repente uno se encuentra con algún que otro especímen San Franciscano. Nosotros nos encontramos con un mercado de delicatessen donde aproveché de comprar algunos condimentos que no encuentro por acá en DC. El Chinatown siempre es un must para mí, a pesar de las señoras que andan de compras por ahí y que cuando te chocan en la calle sólo les falta que te meen (no existe la palabra sorry en su vocabulario), pero eso le da un no se qué a la experiencia, yo lo encuentro entretenido.

Arriba, la tienda de delicatessen, con una tienda mexicana al frente, qué más ecléctica esta ciudad

Arrastré al Matias al Mercado del Ferry Building en Embarcadero, un mercado bien cuicón con muchas comidas que están de moda, pero bien interesante. Yo no pude resistir el olor a pan que salía de una panadería y compré un par de challah rolls para que no se me reventara la hiel. Al lado de este Pier está el Pier 1, donde cenamos una noche en el restaurant de Gastón Acurio, La Mar, un buen ceviche peruano y un pisco sour. Estaban buenos. Igual, es pelúo arruinar un ceviche si se tiene pescado fresco, pero bien Gastón, me gustó tu restaurant, es el primer restaurant peruano donde tienen comida vegetariana, aunque eché de menos el suspiro limeño en la carta de postres.

El Mercado de Ferry Building, y abajo "La Mar"


Aprovechamos de juntarnos a brunchear también con un viejo amigo de la U, don Plinio, que nos llevó a un lugar que se llama Brenda's. Buenísimo, tienen comida soul, de esa bien grasienta con bacon y mantequilla y God knows what, pero después de haber subido cerros toda la mañana, creo que nos lo merecíamos. Este lugar está justo en el límite de la parte más flaitonga de San Francisco, el barrio Tenderloin, cerca del centro cívico. Yo anduve con la cámara colgada al cuello todo el rato y no pasó nada, pero nos decía un tipo que conocimos después en Santa Cruz, que hay que parecer street smart y no te hacen nada. Creo que todos los provincianos que hemos pasado por Santiago hemos aprendido, a veces a palos y/o cartereadas, la pará "quipá, a los shoros me los como con limón", así que anduvimos bien por el Tenderloin.

Brenda's,  luego de esto no me quiero ni medir el colesterol de la sangre, pero igual fue awesome.

Pasamos a ver también la feria de Market St. que se pone cerca del barrio Cívico. Hay frutas y verduras de todos colores, y gente que vende pies, panes, quesos, etc. todo bien artesa, orgánico y hippie como les gusta en California.

Muchos colores, dan ganas de comer berenjenas!

Después de dos días en San Fran, pescamos las pilchas y partimos al norte por la number one, que bordea el mar. Es súper parecido a la zona centro sur de Chile, me dio nostalgia. Llegamos a un pueblo que se llama Eureka, que luego preguntándonos quien mierr viviría ahí, cachamos que Mike Patton es oriundo de Eureka. Con razón está tan loco ese wn. Nos quedamos en el Eureka Inn, que tuvo su esplendor durante los años 20, cuando el pueblo ganaba plata gracias a la tala de Redwoods, o Sequoias, hasta que talaron todo lo que podían, y como estos árboles se demoran 1000000 años en crecer, no crecieron más y dejaron la pura escoba en el ecosistema (sur de Chile much?) y se quedaron pobres. Ahora Eureka es sólo una sombra de lo que era antes, pero todavía preservan bien un par de casas estilo victoriano de su época de auge económico.

La foto del medio capta bien la creepiness de Eureka

Seguimos el viaje pasando por el Redwoods National and State Park, donde hay una especie de rencilla sobre quiénes son los responsables de la preservación de los árboles. Partió como State park, pero luego la asociación de parques nacionales se quiso mandar las partes y ahora ambos se odian. Da lo mismo porque eso quiere decir que compiten por quien salva más Redwoods, así que todos ganan. Estos árboles son impresionantemente grandes y viejos, y el parque donde están es increíble. Nos pegamos una buena caminata por uno de los senderos y seguimos el viaje rumbo al Norte.

Los gigantes redwoods, y el pequeño Matías abajo


Paramos una noche en Grants Pass, una ciudad bien cute. Nos quedamos en el We-ask-u-Inn, un lodge también de los años 20, hecho entero de Redwood (con un sólo árbol podían hacer una casa completa) y preservado súper bien. Decían que Clark Gable se iba a quedar en este Inn. "Frankly, my dear, I don't give a damn", qué buena frase. El desayuno de este Inn estaba bien bueno (comparado con el clásico café en vaso de cartón y el muffin comprado), consistía de panes varios, waffles, huevo, granola, leche, café, fruta, etc... todo aparentemente hecho ahí mismo, o por lo menos lo sacaron del paquete de plástico del súper, como para aperarse bien y partir a explorar a la madre Natura.

We-ask-u-Inn, es el nombre original desde 1920


Nosotros nos fuimos a ver el famoso Crater Lake, que es un lago que se formó en una caldera de un volcán que explotó hace muchos años y dejó la mansa zaaarra, algó así como el Mount St. Hellens, o el volcán Chaitén, pero en mayor magnitud. Hoy en día es un lugar fuera de este mundo, literalmente. ¿O dentro? no sé, es raro ver este tipo de monumentos naturales, te hacen sentir del porte de un átomo. Para variar, ya llegaron los humanos a hacer de la suyas, y en este lago hoy crecen salmones y una especie de cangrejo que se comió todas las especies nativas de la zona que habían en el lago.


Cáchense los colores... increíble!

Llegamos ya a Portland, una ciudad que queríamos visitar por puro que vemos el programa Portlandia y queríamos averiguar si en verdad es tan bizarro como lo pintan ahí. Es todo tan cierto, es más raro y hipster que Williamsburg, creo que ahora me van a dar aún más risa los sketches.

Portland, city of roses. La escultura de abajo se llama "Portlandia"

Bueno tampoco era tan así, habíamos oído que en Portland son locos por la cerveza y el café, y aprovechamos de probar algunas de las cervezas artesanales que se producen en esta área. Por alguna razón en esta parte del país comenzó una moda de hacer cervezas en la casa y que creo que ahora se expandió a casi todo el mundo, incluso a Chile. Las cervezas de acá son un poco amargas para mi gusto, pero hubo algunas que no me molestaron.

Es sacrilegio tomar Budweiser en Portland

En cuanto al café, hay una cultura súper hipster del café que es aún más cuática que en NY. Fuimos a una coffe house : Northwest Coffee House, y al barista lo único que le faltó darle un beso al café (yo creo que por puro que las Health regulations no lo dejan en este país). Qué puedo decir, es el mejor capuccino que he tomado en la vida. Probamos otras coffee houses en Portland y Seattle y ningún otro barista me hizo un café tan rico.

Best capuccino ever!

Lo otro muy choriflay que hay en Portland, y que aparentemente se extendió al resto de USA, son los food trucks, o puestos de comida rápida, pero bien hecha y generalmente con algún twist. Hay food trucks de lo que uno pida, del país que pida, las mezclas más raras de comida, a precios muy módicos (6-7 dólares). Están todos juntos estacionados en una cuadra completa del centro de Portland (esos son los más famosos). Hay otro lugar cruzando el río, en Mississippi street donde los tipos de un biergarten dejaron a un montón de food trucks vender comida en su estacionamiento. Uno puede comprarse una chela en Prost! luego ir a por un sánguche de cocina-fusión Koreana, y sentarse bajo un techito a disfrutar de la vida...

Food trucks por todas partes! Los de abajo son los de Prost! y la comida es de los del centro de la ciudad.

Con la guata llena de comida de food trucks, partimos a nuestro destino final, Seattle, que para mí era sinónimo de Pike Place Market. Siempre quise visitar ese mercado porque sale en todos los blogs y revistas de comida. No me defraudó, y además no sólo venden comida. Uno puede quedarse horas y horas vitrineando cuanta weá se le ocurre vender a la gente, algunas valen la pena, otras no, pero uno decide en qué cosa se queda pegado, y hay para todos los gustos. Eso sí que está lleno de gente, pero de repente uno encuentra pasillos vacíos, mientras más lejos de los locos q se tiran los pescados, mejor.

Comimos Piroshkys, unas masas rusas... brilliant!

El Matias seguía en su cruzada de cervezas artesanales, así que pasamos a varias breweries distintas cada día a probar chelas. La que más me gustó fue una que se llama Rock Bottom, y que oh sorpresa, tiene una sucursal acá en Bethesda, yay! También fuimos a una que se llama The Pike, y que partió en un burdel en el centro de Seattle, hasta nos hicieron un tour gratis de la cervecería.

Seattle desde Alki point, la cervecería The Pike y el EMP, un museo dedicado a Jimmy Hendrix que es simplemente awesome. El edificio lo diseñó el mismo loco que diseñó el Guggenheim de Bilbao

Almorzamos un día en un local de pastas italianas súper chico dónde sólo sirven almuerzo que se llama Il Corvo. Hacen toda la pasta allí mismo, con ingredientes locales y de temporada (es como la fiebre de "local and in season" por acá), y uno se lo sirve con un buen vaso de vino de la casa. Sólo tienen un par de platos en el menú, más un especial del día que el chef "anuncia" a través de su blog (y por mail para los selectos), y que se acaba al toque. Estaban buenas las pastas, se nota que el dueño de restaurant es un bien obseso con la cuestión.

El tipo tenía mil gadgets para hacer pastas

Para finalizar nuestro tour culinario/de copete, pasamos una noche a Calistoga, un pueblecito en el valle del Napa. Nos quedamos en el Wine Way Inn, que encontramos en TripAdvisor, el único donde quedaban piezas para el Jueves, y que no sabíamos mucho de él (la verdad es que así son nuestros viajes, todo medio improvisado...). El Inn queda al lado de todo el centro del pueblo (que son 3 cuadras en una calle), y una señora que atendía una tienda de vinos nos recomendó ir a un restaurant que se llama JoLe. La comida estaba espectacular, no es muy caro y el mozo era súper paleteao, no nos cobró el descorche del vino que le habíamos comprado a la señora de la tienda.

Nos recordó mucho a Chile y el valle de Colchagua. Arriba a la derecha, el Wine Way Inn.


Volvimos con el corazón contento y la guatita llena a dormir al Inn. Al otro día, literalmente nos despertó el olor que salía de la cocina en el primer piso. Qué mejor que levantarse con olores de desayuno, y en verdad que estuvo espectacular. El caballero, Nick, entre muchas cosas, nos hizo un bread pudding de otro mundo, acompañado de unos duraznos al horno, OMG! me está dando un food orgasm. De ahí cachamos que la sra. del loco, Gillian, es chef, que ella es la que atiende otro Inn que tienen, y que sacaron un libro con sus desayunos... que acá lo tengo en mi estante. Altamente recomendable.

Viajando al sur aprovechamos de pasar a algunas Wineries y en todas nos ofrecían Wine-tastings como a 50 dólares. Nosotros les decíamos que queríamos comprar vino no más, y llegaban con un montón de botellas y una copa para darnos a probar. No entendí cuál era el asunto de comprar un wine-tasting si igual terminamos copeteándonos gratis.

Finalmente, pasamos de una carrera a Santa Cruz, un pueblo surfista al sur de San Francisco. Nos subimos una vez a la famosa montaña rusa del año 1 que está hecha de madera, paseamos por la playa, nos quedamos escuchando un concierto gratis que había... todo muy relajado. Ahí nos quedamos en un Bed and Breakfast manejado por un matrimonio de viejitos, The Darling House, que nos daba cosa porque tenían pinta de que en cualquier momento les daba un infarto, pero buena onda y la casa era antigua (pa variar), de los años 20 (pa variar) remodelada pero mantenida en el estilo antiguo (pa variar).

California Dreamin'

Y bueno, ahora nos tienen de vuelta por acá por el fome DC, comiendo ensaladitas y tomando agüita no más. Los dejo con un par de recetas de verduras asadas, inspirada en sabores mediterráneos, para esos vegetarianos que van a los asados y nunca les tienen nada para comer, pobres!


Vegetales mediterráneos
para 4 personas

2 zapallos italianos medianos
2 pimentones rojos o amarillos
1 portobello (de esos grandes)
1 chalota chica (o un diente de ajo grande)
Aceite de oliva
Sal
pimienta
algunas hojas de tomillo fresco
un chorro de aceto balsámico

Poner a calentar una parrilla a fuego medio.

Cortar el zapallo italiano en rodajas como más le guste, embetunarlos con un poco de aceite de oliva y espolvorear con un poco de sal. Despepar y cortar los pimentones en 4. Embetunar con aceite el portobello.

Tirar las lonjas de zapallo a grillar por unos minutos, hasta que se vean las marcas de la parrilla, y dar vuelta. Sacar y reservar en una fuente cuando se vean jugosos y con marcas en ambos lados. Al mismo tiempo, echar la chalota, y sacarla cuando se sienta más blanda con las pinzas.

Asar los pimentones hasta que estén más blandos y la piel se empiece a quemar. Sacar y reservar en la misma fuente.

Comiendo comida de caballo

Espolvorear con sal y asar el portobello hasta que se vean las marcas en la parrilla y se sienta carnoso al apretarlo. Cortarlo en trozos largos y echarlo en la misma fuente del resto de las verduras.

Hacer una vinagreta con la chalota, unas 2 cucharadas de aceite, hojas de tomillo fresco, un chorro de aceto balsámico y sal a gusto. Procesar en un mortero o con la mini pimer, y luego rociar sobre las verduras. Mezclar bien y ordernarlas en un plato bonito para llevar a la mesa.

A los que sobraron los corté en cuadraditos y los mezclé con cous cous... almuerzo listoco para mañana!




7 comments:

  1. Me canse de puro leer el blog, tantos lugares en tan poco tiempo, igual me intereso lo de los lugares donde quedarse, eso es algo que siempre me desvela porque pa mi cualquier lugar no da lo mismo....
    Y cuantos kilos subieron????

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    1. jaja no sé, no me pesé pq si no me iba a dar dipresion....

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  2. This comment has been removed by the author.

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  3. Entretenido el relato del viaje, me imagino que unos cuantos blogs más serán livianitos.... para recuperar la dignidad jejeje, vi que el Mat perdió la suya !!!.
    Buena idea la de los vegetales al grill, buena alternativa para mantener el colesterol a raya en este mes de Septiembre por este hemisferio.

    cariños

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  4. Buenísimo recuento. Pregunta indiscreta no fueron a la pizzeria de la galla de Orangette?
    San Francisco es probablemente mi ciudad gringa favorita y demasiado spot on con la nostalgia, hasta huele a Chile esa zona... con mi marido alucinamos (vivimos 3 meses en Sillicon Valley).
    Armense un viaje a Houston. Es feo, pero la comida es increíble.

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    1. he leido el blog de orangette un par de veces, pero no sabía que tenían pizzería! bueh, dejamos varias cosas inclusas pensando en que vamos a volver, siempre volvemos a las ciudades que nos gustan (como san francisco)...

      A houston, me va a costar convencer al matias... pero ya que estamos acá habrá que hacer un viaje al deep south algún día...

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  5. Leí el blog completo hoy... Tengo unas ganas de cocinar algo rico! jajajaja
    Muy muy buenas las recetas, a ver si pronto pruebo alguna de las tortas pa comer con mi pololo :)
    Saludos desde Talcahuano!

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