Sunday, March 2, 2014

Un comienzo de año ocupado!


Pan con Manjar blanco reloaded

Wow, no puedo creer que ya pasaron más de dos meses desde mi último post. La verdad es que ha sido una mezcla entre un año con bastantes actividades y que no he estado muy inspirada para escribir que digamos. Quizás son las bajas temperaturas que han hecho (en serio, este invierno ha sido uno de los más duros que he vivido), o el hecho de que mi muso inspirador (aka mi esposo) se fue un par de semanas a Chile, pero no había tenido un momento en cual dejara todo botado porque se me ocurrió algo entretenido que escribir, y ya saben, un hobbie es un hobbie y uno lo hace porque quiere y no porque lo obligan. 

Pero esos tiempos ya pasaron y les cuento que hace una semana volvimos de nuestros múltiples viajes. Luego de un viaje extenuante (y un poco adrenalínico al pasar por aduana [a los chicos de astro-ingeniería UC, wink!]) a Chile, tuve un par de semanas maravillosas en el cerro (y no estoy siendo sarcástica). El clima no pudo estar mejor, y por lo tanto temo por mi próximo observing run de que el buen karma se haya acabado y me toquen puras noches malas. 

5.30 AM en Tulum... me encantan los amaneceres

La semana pasada anduvimos en las cálidas tierras de la Riviera Maya, arrancando un poco del frío, o mejor dicho, arrancando un mucho. Ahora en DC, cada vez que miro el pronóstico del tiempo para el día, me pregunto que mierrrr estoy haciendo acá y no en Cozumel. Así es la vida, I guess... pero no importa, porque lo comido y lo bailado no nos lo quita nadie. Yo siempre tuve la idea de que Cancún no era my cup of tea, pero la verdad es que lo pasamos re bien en México, y la Riviera Maya es mucho más que ir a encerrarse a un hotel y a echarse como morsa en la piscina con el bar al lao.

Llegamos un día Lunes a la isla de Cozumel, después de un par de vuelos bien pintorescos con una azafata que era igual a Effie Trinket en uno (en serio, con el pelo y el maquillaje y todo), y con una compañera de asiento que iba a un Crucero a ver DVDs y tomar margaritas en el otro (en serio). Allí nos esperaban nuestros amigos para llevarnos directo a la playa. Creo que no pasó más de una hora entre que bajamos del avión y que estábamos en la playa comiendo ceviche y tomando unas buenas chelas. En la nochecita fuimos a un restaurant bien choriflay que se llamaba "Casa Misión". Era como una casa patronal bien colonial. Los mozos fueron tan buena onda que hasta nos trajeron cosas que no habían en la carta para que las probáramos, y además había una banda de músicos que iba a cantar a la mesa la canción que le pidieras. Después de la cena nos fuimos a tomar unos mojitos al bar de un cubano que estaban bien buenos.

Día de playa, ceviche, mojitos... esa es vida!

Al otro día, nuestro awesome anfitrión Adrián nos tenía organizado un paseo en botecito a hacer snorkel a un lugar que se llama "el cielo" porque está lleno de estrellas de mar. Muy ad-hoc el nombre. Ahí el capitán del bote nos hizo un cevichito y un guacamole, y yo por hacerme la ruda me eché un pedazo de habanero entero a la boca y supe lo que era bueno. No lo hagan nunca en sus casas. Con un bronceado de los dioses (leáse, quemados como jaiva), ese día en la noche fuimos a un restaurant que se llamaba "Guido's" como de comida mediterránea. Tenía buen ambiente, buena atención y el postre flambeado que pedí fue espectacular. 

Después de una noche reponedora, nos despertó nuevamente el camioncito del Zeta gas, cuyo jingle quedó grabado en mi mente con sangre y lo recordaré por años venideros. Después de 1 hora del famoso jingle uno se preguntará qué hacen los Cozumeleños que requieren que el camión del gas pase todos los días a las 7 AM. Pero no importa porque a esa altura ya hacía el tremendo caregallo, lo que quería decir que era hora de empezar el día, y lo más probable es que vendría action-packed. Ese día fuimos a hacer scuba-diving, que es aún más difícil de lo que imaginé.

Cozumel es bien chico, pero llegan como ocho mil cruceros llenos de gringos, así que la ciudad se mantiene bastante ocupada, y nos costó un poco encontrar alojamiento, por ejemplo, así que hay que organizarse con tiempo para encontrar buenos precios.

La playa con aguas cristalinas, el postre flambeado y los cruceros con gringos.... por qué no estoy en esa playa ahora?

Luego del buceo, el miércoles pescamos nuestras pilchas y partimos al continente a arrendar un auto en Playa del Carmen (y get the hell outta there!) para irnos a las paradisíacas playas en Tulum. Allí llegamos de noche y no cachábamos muy bien que estaba pasando, pero logramos encontrar nuestro alojamiento en unas cabañas muy hippientas, eran puros palos paraos con un techo de paja, y al medio la cama colgando. Fue genial caminar por la playa con nada más que la luz de las estrellas, mojar las patas en el agua calientita caribeña a las 11 de la noche, dormir con el sonido de los árboles que se movían con el viento y no ser despertados en la mañana por el camión de Zeta gas.

Desayunamos en una picá en el pueblo de Tulum que se llamaba "El Capitán" que tenía las tres B. Nos trajeron comida como para un regimiento, menos mal que yo pedí frutita no más o vuelvo rodando a la casa. Ese día nos las emplumamos a Chichén Itzá. Pensamos que no iba a estar tan lleno porque no vimos casi autos en la carretera, pero no contábamos con las hordas humanas que vienen desde el otro lado, de Cancún. De todas maneras, estuvo muy enriquecedora la visita. El guía que nos hizo el tour era un señor maya que nos contó muchos datos del lugar, nos hizo toda la charla medio misti-científica de los números y el calendario maya, y además nos contó tallas personales. Esos toures en que el guía se sale del protocolo son los mejores. Pasamos a la vuelta al pueblo de Valladolid, que nos recordó un montón a los pueblos del norte chico de Chile. Una especie de mezcla entre Vicuña y Andacollo, muy lindo.

Amanecer en Tulum, nuestro pequeño tentempié matutino, Chichén Itzá y Valladolid


Nuestro penúltimo día de turistas nos fuimos a desayunar al lado más "eco-chic" de Tulum, pero encontramos que era mejor nuestra picá en el pueblo. Visitamos uno de los miles de Cenotes que hay en la región, unos hoyos llenos de agua dulce que se forman a partir de ríos subterráneos. En las cuevas se pueden ver estalactitas colgando, producto de material de la roca disuelto en agua que empieza a gotear y se empieza a solidificar. Algo de este material cae al fondo de la caverna y empieza a acumularse por abajo también (estalagmitas), y en algunos casos, estos dos se juntan y forman una columna. Nuestro anfitrión estrella esa noche nos llevó a cenar a un restaurant en Playa del Carmen que está dentro de una de estas cavernas (sin agua, obviously), estaba bien impresionante, sobre todo si tienen amigos geoquímicos, aunque la astrónoma y el SW engineer estábamos alucinando de la misma manera con el lugar. Ah el restaurant se llama Alux, por siaca, y si toman un taxi en Playa, diganle al taxista que quieren ir al restaurant Alux y ni se les ocurra mostrarle un mapa con "esa ching**a del Gogle" en el teléfono.

Y bueno, el Sábado nos subimos al avión de vuelta al frío, en contra de nuestra voluntad. Nos tuvimos que pegar unos pencazos de tequila en el duty free del aeropuerto para pasar la pena de la vuelta. Llegando a DC a algunos nos atacó la "venganza de Moctezuma" (que en todo caso no tiene sentido porque estábamos en región Maya, no Azteca, pero bueh), lo que nos deja la siguiente lección queridos lectores: hay que tener cuidado donde comer pescados y mariscos. Nosotros nos las quisimos dar de Andrew Zimmern y ya ven donde eso nos llevó (al baño y/o a la cama).

Amanecer en Tulum de nuevo porque me encantan los amaneceres, almuerzo en "El Capitán" y el restaurant en la caverna


A pesar de nuestro pequeño percance, fue una experiencia bakán. Hicimos tantas cosas que los días se nos hicieron eternos (yo despertaba al pobre Mat a las 5.30 a ver el amanecer en la playa en Tulúm y de ahí no parábamos hasta la media noche casi), aunque igual se pasaron volando, y no entiendo cómo la gente puede ir de Chile a gastarse la plata que no tiene a echarse en la playa a tomar en un all-inclusive en Cancún y ni siquiera salir a ver todo lo que el país tiene que ofrecer. Ojalá que sea sólo un prejuicio mio y no la realidad de todos los turistas chilensis que andan por allá.

Antes de irme a Chile y de vacaciones, me puse a preparar manjar blanco con la leche que tenía de sobra, para que no se me echara a perder. Creo que esta proporción de ingredientes da un resultado mucho mejor que el anterior, más cremoso. Hay que tener ojo de no pasarse en el punto que le da uno a la mezcla, porque si se pasa queda duro como palo.

Ahora sí quedó más cremosito y no tan relajante


Manjar blanco toma II
para un poco más de 1 taza de manjar

1 litro de leche entera
1 taza de azúcar
1 palito de canela chilena o mexicana (una de las capas solamente) de 2 cm de largo

Preparar un frasco de conserva. El manjar yo lo guardo en el refri, así que no me preocupo de estirilizarlo.

En una olla alta y ancha poner a calentar la leche con la canela y el azúcar a toda rajuela. Cuando hierva, bajar el fuego al mínimo y dejar hervir unos 45 minutos, pero echándole el ojo de vez en cuando. Yo le pongo un plato de postre invertido (o un ramekin, algo que aguante altas temperaturas) dentro de la olla con la mezcla, para que no se suba la leche y no se pegue la ídem al fondo de la olla. Mi abuelita ponía bolitas de piedra, pero yo no tengo.

Pasado el tiempo y cuando veamos que se ha reducido a más o menos la mitad, sacar el platito, y revolver constantemente con movimientos en línea recta de un lado de la olla al opuesto. Cuando veamos el fondo de la olla (va a parecer que sigue muy líquido, pero va a espesar más luego cuando se enfríe), retirar del fuego y trasvasijar al frasco de conserva. Dejar que se enfríe. Tapar y llevar al refrigerador antes que se lo coman a cucharadas.

Mi mamá me quiere todo esto, y la luna y el sol y el gato.

8 comments:

  1. Ohh!! me dieron ganas de ir a méxico!!!! y de comer manjar!!! extraño porque no me gusta mucho, pero el tuyo se ve fantabuloso. Con polli nos vamos a este jueves a galápagos, y voy a seguir tus pasos!! lo despertaré para que me acompañe a ver amaneceres *-* <3. Un abrazo Pame!!

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  2. Algún platito mejicanote aprendiste a hacer por esas tierras???

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  3. Bueno lo de Mejico...,la receta del manjar hmmm na' que ver..., le habria venido mas una receta mejicana....

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  4. Buena receta!

    Y un post largo para reponer todo lo que se echaba de menos.

    :)

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  5. Yo si que te echaba de menos, no tienes idea de lo que disfruto leyendote, me muero de la risa y de pura pica me abrí una buena chela.
    Besos y gracias por los datos.

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  6. Me encanta leer tus post, son tan entretenidos!,
    me intriga lo del plato invertido, es sobre el quemador? debajo de la olla?
    mercedes

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  7. Ahí aclaré lo del platito ;) va dentro de la mezcla!

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  8. Que ricas esas vacaciones!!! Y qué máximo el manjar!!!!!
    Un beso!

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